El nombre de vanguardias se aplica a tendencias renovadoras en las artes plásticas y en la literatura, surgidas en las primeras décadas del siglo XX.
El término proviene del francés avantgarde. La voz vanguardia aparece reiteradamente en la última década del siglo XIX en los nombres de periódicos anarquistas, comunistas, socialistas y por tanto se vinculará a ideario de los partidos de izquierda.
Los movimientos de vanguardia surgen como una consecuencia de los cambios diversos y vertiginosos que se producen a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Importantes descubrimientos científicos llevan a la formulación de nuevos principios como la Teoría de la Relatividad de Einstein o la Teoría sobre el Inconsciente de Freud. Junto a ellos, se dan también destacados avances técnicos: se producen los primeros ensayos de radiotelefonía, los primeros intentos de televisión y de cine hablado.
Por otra parte, el estallido de la Primera Guerra Mundial despertó hace naufragar la idea de seguridad del hombre y en el período que media entre la Primera y la Segunda contienda (1918 - 1989) se suceden enfrentamientos, revoluciones sociales y políticas que resquebrajan profundamente la estructura de la Europa tradicional.
El mundo de posguerra comienza a cuestionar seriamente la sociedad en que vive, cunde la disconformidad y el desengaño porque la paz definitiva y tan ansiada no termina de consolidarse; el hombre se siente inseguro, amenazado en sus concepciones, sumido en el pesimismo que se expresa en la filosofía existencialista.
En esta atmósfera paradojal, repartida entre el entusiasmo por el progreso y el pesimismo, la creación artística rechazará las convenciones establecidas y se lanzará a nuevos planetos y soluciones.
Surgen entonces distintos movimientos "revolucionarios" que traducirán la búsqueda de respuestas originales. En este sentido, las vanguardias se identifican con el Romanticismo en lo que es movimiento significó como rebeldía y anhelo de libertad frente a la norma.
En general, los movimientos de vanguardia -a los que se conoce con el nombre de "ismos"- se multiplicaron desde los primeros años del siglo XX hasta la década del '30. Estaban formados por pequeños grupos de artistas que orientaban sus innovaciones sobre todo hacia el ámbito de la poesía y expresaron sus principios fundamentales a través de "Manifiestos". El carácter anárquico de su ideario y de su estética, redundaron en la vida efímera de estos grupos cuyos integrantes migraban de un grupo a otro.
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